¡Linda medianoche, gente!
Y para finalizar con los cybertalentosos de
este año, les chismosearé acerca de un autor al que he tenido el placer de leer
en más de alguna ocasión y que, la verdad, cuando me pidió que lo criticara, no
pude más que sorprenderme y, también, alegrarme. Sorprenderme porque pedir una
crítica a alguien a quien apenas has tratado no es nada sencillo, y alegrarme,
porque asumir que existe la posibilidad de que el texto no guste y, aun así
arriesgarse, habla bien del autor, en especial, dice que busca crecer, por más
duro que pudiera ser ese futuro comentario.
Pero dejémonos de divagaciones y pasemos a lo
más interesante. «Quizá para siempre» es el título de esta novela corta que he
tenido la oportunidad de leer. ¿Su autor? Daniel J. Oropeza.
La narración está en tercera persona. La novela
está muy bien escrita, la verdad, ciertamente tiene algunos dedazos, sobre todo
en las primeras páginas, pero nada que una pulidita no solucione. También he de
recalcar la buena división de capítulos, algunos hablando de Michel (uno de los
protagonistas, sí, UNO, masculino) y otros, hablando de Will (otro de los
protagonistas, sí, también masculino. ¿Ya adivinan por dónde va la cosa,
verdad?); asimismo, creo que el autor hace gala de una buena diferenciación
entre el lenguaje de uno y de otro, puesto que Michel es venezolano, y Will,
español. Y el escritor (que creo que también es venezolano xD) remarca la
diferencia de acentos y de modismos.
La trama: «Quizá para siempre», como dice el
propio libro, trata de la historia de Michel y de Will, tanto por separado como
juntos. Es decir, te muestra el antes de conocerse, el durante y el después,
hasta que llegan a la tercera edad. Y aunque uno piense que pudiera ser como
que muy largo y tedioso, lo cierto es que no lo es, de hecho, al autor le
aconsejé alargarlo, de la misma forma en la que le comenté que, precisamente,
la etapa de senectud de esos dos es la que más me ha gustado.
El romance es sutil, suave, incluso tierno, y
esto es un gran punto a favor, porque para empezar, yo no soy de leer mucho
romance, y menos, romance homosexual. Repito (y lo seguiré repitiendo hasta que
me muera xD), no tengo nada en contra de la homosexualidad, pero aquí pasa como
con la erótica, que si no se sabe contar, en vez de disfrutarlo, el lector
termina asqueándose. Pero aquí no es el caso, porque Daniel J. Oropeza sabe
llevar muy bien el romance entre esta singular pareja.
Y digo singular no porque sean homosexuales,
sino porque uno de ellos, es además asperger, y al llegar a la tercera edad, el
otro adquiere Parkinson y Alzheimer.
Hablaré primero de estas dos últimas: cuando el
autor nos lleva hasta este punto, en donde Michel (quien tiene asperger) y Will
(quien adquiere Parkinson y Alzheimer) llegan a la tercera edad, es cuando la
trama alcanza un punto en donde, a mi parecer, radica toda la belleza de la
obra. Porque tener estos dos padecimientos (Alzheimer y Parkinson) no es nada
sencillo, ni son como una simple gripita. Y el autor plasma de forma
espectacular esta situación, te hace sentir la desesperación del enfermo, te
hace sentir la impotencia y frustración de quien lo cuida, y te hace pensar
mucho al respecto, mostrándote, a su vez, el amor que ambos se tienen, y que
lucha, y que se tambalea, y que saca fortaleza de flaqueza, hasta que llega el
final. No diré en qué termina, pero sí confesaré que me ha conmovido muchísimo,
hasta casi formarme un nudo en la garganta.
Y ahora explico por qué el «casi»: porque
aunque el escritor habla de ciertas características propias del asperger (como
lo son el ser tan literal y ser poco expresivos), hay momentos en donde se
contradice, frases, pensamientos que simplemente, los asperger no tienen.
También considero que independientemente del hecho de que Michel sea plano
emocionalmente hablando, no excusa que no pueda, a ti, agente externo (hablo de
los personajes que lo rodean y de nosotros, los lectores) causarte otra
reacción que no sea desconcierto. Sí, desconcierto es lo primero que sientes al
tratar con alguien así, pero también provoca muchas otras emociones y
pensamientos, lo digo porque por un lado he leído del tema (no, no en plan
Hermione, lo que ocurre es que mi tesis va de autismo y por fuerza tuve que
leer sobre asperger xD) y, por otro, porque conviví con un asperger durante
tres años. Y ese asperger causó muchas sensaciones en mí, desde desconcierto,
pasando por curiosidad, asombro y también, respeto.
Y Michel no me ha provocado nada, salvo hasta
el final. Creo que este es el punto flaco del libro, lo poco real que parece
Michel, lo poco que se ahonda en el antes y durante de su relación con Will, de
la misma manera en la que creo que el autor debería profundizar más en el
pasado de Will, en su personalidad antes de padecer Alzheimer, y en toda la
evolución que tiene esa relación, ya que de darnos una breve presentación de
ambos —unos cuatro o cinco capítulos—, pasa a decirnos que se conocen, que se
hacen novios y sin más ni más, se brinca a la etapa de la vejez. Y es por
resumir (lo dice la voz de la experiencia) eventos y emociones que a veces, no
se logra conectar con los personajes. Porque aquí lo que impacta son las
situaciones, los entornos, y aunque los personajes hacen el esfuerzo, no logran
llegar.
Por último, quiero tratar un tema que, por un
lado, tiene que ver con el autor y su obra, y por otro, con lo que platicaba la
semana pasada con una amiga. Daniel J. Oropeza tiene en sus manos un diamante
en bruto, y estoy segura que muchas de las obras que tiene colgadas para
descarga gratuita son tan brillantes como esta, pero que precisamente, por
estar colgadas ahí, corren un alto riesgo. ¿Por qué? Porque un buen día viene algún
listillo, lee la novela, le agrega o quita cosas y, ¡magia! Ha surgido una
nueva novela, la cual envía a las editoriales y, suertudamente, es publicada. Y
eso, señoras y señores, no es plagio. ¿Qué se parecen? Pues sí, pero no son
iguales, y como no son iguales, no es plagio. Así hagamos berrinche, saquemos
el registro de derechos de autor y la licencia de creative commons, no es
plagio.
Ya lo comenté antes, publicar en internet tiene
sus ventajas y desventajas, pero hay algo que siempre me pregunto antes de
animarme a colgar algo en internet: ¿qué tanto cariño le tienes a la obra?
Porque si la vas a colgar más vale que no le tengas mucho cariño, así enfrentas
mejor el hecho de que alguien más te robe la idea. ¿Qué quieres crecer como
escritor y saber si vas por buen camino? Publica cosas menores, o bien, si
deseas saber las fallas exclusivamente de un solo texto, consíguete un grupo de
críticos, unas tres o cinco personas en las que confíes, pero que no tengan un
vínculo emocional muy directo contigo, así te dicen verdades enteras y no
disfrazadas.
En resumidas cuentas, «Quizá para siempre» es
una novela que tiene futuro, que hay que pulir, profundizar, pero que yo creo
que bien podría ser publicada por una editorial. Sobre lo de publicar en
internet… bueno, lo dejo a reflexión del propio autor y del resto de escritores
;-)
Aquí les dejo el link en donde podrán encontrar
la novela, junto con otros muchos trabajos de este autor:
Y ya saben, si quieren que me dé una vuelta por
sus textos para comentarlos aquí en el blog, pueden escribirme a: tess_itza_ortaceli@hotmail.com,
eso sí, avisar que atenderé peticiones hasta el año entrante, que también tengo
mis propias novelas que escribir y una tesis que demanda mucho tiempo, además
de las reseñas semanales.
Por lo demás, ¡tecleen que yo los leo!
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