Datos:
Título del libro: La historia del
loco.
Autor: John Katzenbach.
Editorial: Ediciones B.
ISBN: 8466619461
Año de publicación: 2007
Número de páginas: 544
Sinopsis:
Mi opinión:
Han pasado veinte años desde que el
Western State Hospital cerró sus puertas y sus últimos pacientes se
reintegraron a la sociedad. Francis Petrel tenía poco más de veinte años cuando
su familia lo recluyó en el psiquiátrico tras una conducta imprevisible y la
crisis posterior. Ahora, alcanzada la mediana edad, lleva una vida sin rumbo y
solitaria, alejado en un piso barato y permanentemente medicado para acallar el
coro de voces en su cabeza.
Pero un reencuentro en los terrenos
de la clausurada institución remueve algo profundo en su mente agitada: unos
recuerdos sombríos sobre los truculentos hechos que condujeron al cierre del W.
S. Hospital, y el asesinato sin resolver de una joven enfermera, cuyo cadáver
mutilado fue encontrado una noche después del cierre de las luces. La policía
sospechó de un paciente, pero sólo ahora, con la reaparición del asesino, se
conocerá la respuesta.
Mi opinión:
Si bien he leído novelas que me han
dado qué pensar y que me han dejado con la boca abierta, hacía mucho, mucho
tiempo que no me topaba con un libro que me mantuviese al borde de la silla,
con todos los músculos tensos y con mi cerebro funcionando a cien, sin contar
el eufórico desenlace.
El primer trabajo de John Katzenbach
con el que me topé me aburrió hasta dormirme, debido a lo pesada y redundante de
su narración. Sin embargo, «La historia del loco» no posee nada que desagrade
al lector, es más, me ha parecido una lectura bastante ágil, cuya única pega
radica, más bien, en un aspecto muy personal y que me ha saltado a la vista más
por estar yo en modo tiquismiquis que por otra cosa:
La historia brinca de un narrador a
otro, comenzando por un narrador en primera persona (el cual narra el presente
del personaje) que se alterna con otro en tercera (encargado de contar el
pasado). No obstante y, en mi humilde opinión, hay un fallo en el narrador en
tercera persona, y es que si estamos hablando de que a fin de cuentas el
protagonista es quien cuenta la historia (tanto en la primera como en la
tercera persona), es imposible, por ende, que conozca los movimientos,
pensamientos y sentimientos con tanta exactitud de otros personajes que no sean
él. Hay un tipo de narrador llamado «narrador omnisciente», que es el que lo
sabe todo acerca de cada uno de los protagonistas, pero a mi parecer, en este
caso no aplica. Probablemente esté equivocada (muy probablemente, no soy
licenciada en letras), pero es el único defecto que he encontrado en este texto
y que, la verdad, bien puede pasar desapercibido si uno no anda en modo quisquilloso.
Porque los personajes son todos unos
tipazos. Y me detengo aquí porque si bien no es el primer libro con el que me
encuentro que intenta abordar el tema de la locura (alucinaciones, delirios,
manías, compulsiones, etc.), sí es el primero que se lleva mi más sincera
admiración en lo que a manejar el tema se refiere. No se trata de los clásicos
locos, John Katzenbach te muestra lo aterrador que puede ser presentar
alucinaciones, pero también, la lucha interna que lleva la persona que las
manifiesta, sin perder por ello su humanidad; gente que pese a sus enfermedades
/ trastornos / patologías (como quieran llamarles) conservan, en un inicio,
rasgos característicos de su propia personalidad, la cual se va deteriorando
con el paso del tiempo, o que cae en picada ante un evento realmente traumático
hasta convertirse en catatónicos. Es impresionante, escalofriante pero también,
sumamente sensible, porque al estar plasmado desde la perspectiva de una
persona «loca» te muestra una panorámica que pocos (hasta ahora, sólo he leído
un libro que aborda la temática de forma bastante acertada y no tan cliché [un
cliché que me crispa y mortifica en demasía] y que, aun así, se queda corto en
comparación), muy, muy pocos libros alcanzan a reflejar.
Y es que en esta magistral obra la
trama no se ve desde afuera, no vemos al clásico psicópata que de tanto en
tanto pierde el piso y comete atrocidades de las cuales no se acuerda (como
espantosamente lo plantea Stephen King, perdón, pero me chocan ese tipo de
libros y de películas en general, no es nada personal en contra del señorón),
sino que se visualiza desde dentro, desde el interior de la cabeza de un sujeto
que oye voces, que se siente inseguro respecto a lo que siente y cree correcto o incorrecto, y que lucha con
todas sus fuerzas por establecer un equilibrio en su vida.
Increíble. Magnánimo. Una novela que
se ha ganado un puesto en mi lista de favoritos y que recomiendo sin dudas a
quienes disfrutan con indagar quién es el culpable de todo.
Sin más que añadir, ¡caso cerrado!
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