Reseña: «Flores en el ático», de V.C. Andrews

 

Datos:

Título del libro: Flores en el ático.

Saga: Dollanganger #1

Autor: V.C. Andrews.

Editorial: Debolsillo.

ISBN: 9786073107679

Año de publicación: 2014

Número de páginas: 478

Sinopsis:

Desde su publicación original Flores en el ático se convirtió en un fulminante best seller y fue adaptada al cine con gran éxito. Primera entrega de una serie sobrecogedora, esta novela narra la terrible experiencia vivida por cuatro niños que, víctimas inocentes de unas pasiones prohibidas, crecen en un lúgubre encierro, aislados del mundo por una madre cruel...

Mi opinión:

Tengo que admitir que cuando en el club de lectura propusieron este texto como lectura del mes, no pude evitar hacer una mueca, y es que tanto la sinopsis como los pocos —muy pocos— comentarios que había oído al respecto de esta novela me hacían no desear navegar entre sus páginas. No porque fueran opiniones o una sinopsis mala, sino porque me figuraba una cosa de lo más deprimente, retorcida, dramática y un montón de adjetivos más que, entremezclados, no me apetecía leer.

El inicio de esta obra fue lento. No sólo por mi predispuesto rechazo hacia la pobre, sino porque el texto está en primera persona, desde la perspectiva de una niña pequeña, un tanto mimada, que pasa de ser la luz de los ojos de su padre a la hermanita de en medio (tiene un hermano mayor), ante la llegada de un par de gemelos. La cuestión es que los desplantes de la chiquilla, tanto al inicio como cuando entra en la pubertad, me detenían por momentos, ya que la muchachita no sólo es buena para tirarse al abismo de la amargura, sino que su mera personalidad tiende a ser pesimista. Sin embargo, tenía curiosidad, en especial, porque mi hermana menor ya se había leído el libro, y me juraba que estaba buenísimo y que valía la pena que invirtiera mi tiempo. Así que ahí fui yo a seguir leyendo.

Para bien o para mal, mi repulsión hacia la criatura quedó de lado cuando conocí más a fondo a su madre y, posteriormente, a la abuela, pero la madre es quien se ganó mi odio visceral y de corazón. Desde el personaje de Dolores Humbridge (Harry Potter y la Orden del Fénix) no detestaba tanto a un personaje, al punto de querer tenerlo enfrente para estrangularlo o sacarle los ojos. Y es que son los personajes quienes se llevan las palmas en este libro. No es la trama, no es el drama que vive o las lúgubres circunstancias a las que se ven arrastrados, son ellos, los protagonistas y secundarios los que se quedan clavados en tu memoria.

Es la forma magistral en cómo evolucionan, cómo la autora maneja su psique, el desarrollo de sus personalidades, otorgándoles complejos, fuertes complejos que te dan qué pensar; esta teoría tan trillada en psicología que trata el tema de que si no se rompe, el patrón que siguen los padres se repite en los hijos. V.C. Andrews me ha dejado con la boca abierta, estupefacta, sin aliento, logrando que llorara desgarradoramente, pero sobre todo, consiguiendo que reflexionara hasta dónde puede llegar la crueldad y la codicia humana.

Impresionada, anonadada, maravillada y con la certeza de que de tener a la escritora enfrente caería a sus pies de rodillas, haciendo un millón de reverencias y balbuceando un montón de incongruencias porque, no tengo más palabras para describir lo gratamente conmocionada que me ha dejado este primer tomo.

Sin más que añadir, y deseosa por abordar la continuación de esta saga, les recomiendo esta lectura, eso sí, siempre y cuando sepan que lo que aquí encontrarán es siniestro, oscuro y retorcido, pero con un excelente —soberbio, diría yo— fundamento que lo sustente.

Mi más sincera admiración, Srita. Andrews.

Y gracias a ti, Aliu, por instarme a terminar esta espectacular obra.