Datos:
Título del libro: Miseri.
Autor:
Stephen King.
Editorial:
Random House Mondadori.
ISBN: 84-9759-535-1
Año de publicación: 1988
Sinopsis:
Paul Sheldon es un escritor que
sufre un grave accidente y recobra el conocimiento en una apartada casa en la
que vive una misteriosa mujer, corpulenta y de extraño carácter. Se trata de
una antigua enfermera, involucrada en varias muertes misteriosas ocurridas en
diversos hospitales. Fanática de un personaje de una serie de libros que él ha
decidido dejar de escribir, está dispuesto a hacer todo lo necesario para
"convencerlo" de que retome la escritura. Esta mujer es capaz de los
mayores horrores, y Paul, con las piernas rotas y entre terribles dolores,
tendrá que luchar por su vida. Un relato obsesivo y aterrador, que solo Stephen
King podía ofrecernos.
Mi opinión:
Qué cosas, gente, qué cosas.
La verdad es que yo leí este libro
porque me lo recomendaron. Y como quien me lo recomendó es alguien a quien
estimo un montón, pues ni siquiera me detuve a leer la sinopsis, hasta ahora.
Sí, hasta ahora que voy a hacer la reseña es que veo la mentada sinopsis del
libro. Y lo cierto es que si hubiera sido una lectora cualquiera, en un día
cualquiera, buscando un libro cualquiera… no lo hubiera agarrado de ser por la
sinopsis. Con todo el respeto para quien hizo la sinopsis del libro pero, no le
llega ni a los talones del contenido del libro. Y saben que esto es un arma de
doble filo, porque así como puede hacer que no te lleves el manuscrito,
consigue que te quedes con un inmenso y gratificante sabor de boca al final,
debido a que el mismo contenido supera las expectativas que te habías hecho con
la sinopsis.
Paul Sheldon es un escritor por el
que nosotros los escritores seguramente sentiremos simpatía, y al que muy
probablemente compadeceremos, también. Y es que luego de sufrir un accidente de
auto, Paul Sheldon es rescatado por su «fan número uno». Ah, estoy segura que todos
aquellos que hoy se inician en el humilde oficio de escribir sueñan con que en
un día no muy lejano, alguien los intercepte por la calle y les diga: « ¿Eres
fulanito de tal? ¡Oh, Dios, es que soy tu fan número uno!». Créanme, amigos
míos, luego de leer Miseri, ninguno querrá que nadie le suelte algo parecido
n.nU
Por primera vez en la historia
—jajaja qué dramática puedo ponerme xD—, tengo un “pero” para ponerle al estilo
de Stephen King. Recién me zambullo en el basto universo de sus libros, así que
no me había topado con este detalle, y aunque la persona que me recomendó la
obra ya me lo había advertido, toparme con él me resultó chocante de todos
modos. Resulta muy notorio, sobre todo en las primeras líneas, donde Stephen
King se adelanta a los hechos, y aunque la cosa puede resultar muy obvia, a
veces una no quiere que se lo digan. Por ejemplo (sin spoilers, tranquilos): tú
sabes que Pepito el de la esquina se va a morir, ya lo ves venir, pero en la
línea siguiente King te suelta: «Y Pepito se fue a dormir sin imaginar que al
día siguiente se iba a morir…» ¡Noooo! ¡No me lo digaaaaaaaan! >.< Ya,
OK, el recurso es soportable una vez,
pero en Miseri lo usa amenudo, sobre todo en las primeras páginas.
Los personajes. Oh, los personajes,
santo Merlín. Jamás había visto algo igual, tan trabajado y bien pensado, tan
espléndidamente bien maquinado. Ambos personajes son espectaculares, él,
evolucionando página a página, teniendo sus momentos brillantes y sus
retrocesos como buen personaje creíble, y ella, manteniéndose de forma… de
forma que sólo Stephen King podría conseguir. No puedo decir más sobre ella sin
spoilearlos, sólo que me he quedado boquiabierta.
Sobre la trama… una vez más, King
hace que un acontecimiento tan trivial como un accidente de auto, un escritor y
la fan de un escritor se conviertan en una cosa completamente monstruosa y
escalofriante, de la que espero aprender humildemente (¡De la técnica
literaria, eh! Aún no me desquicio tanto por Rowling… Aún… xD)
Y ya saben, adorados míos, dudas,
comentarios o reseñas, ¡tecleen que yo los leo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡ESCRIBE TU COMENTARIO!