Vale, este libro lo terminé de leer el 24 de Noviembre, pero por
x o y, pues no había podido subir la reseña.
Datos
Título: Donde los árboles cantan
Editorial: SM
Encuadernación: rústica
Colección: fuera de
colección
Páginas: 477
Año de publicación: 14 de
octubre 2011
Ilustración de cubierta:
Cris Ortega
ISBN: 978 - 84 -675 -5003
- 0
Observaciones: Libro
único. Sin continuación
Sinopsis:
Viana, la única hija del duque de Rocagrís, está prometida al
joven Robian de Castelmar desde que ambos eran niños. Los dos se aman y se
casarán en primavera. Sin embargo, durante los festejos del solsticio de
invierno, un arisco montaraz advierte al rey de Nortia y sus caballeros de la
amenaza de los bárbaros de las estepas... y tanto Robian como el duque se ven
obligados a marchar a la guerra. En tales circunstancias, una doncella como
Viana no puede hacer otra cosa que esperar su regreso... y, tal vez, prestar
atención a las leyendas que se cuentan sobre el Gran Bosque... el lugar donde
los árboles cantan.
Mi opinión:
Desde que salió este libraco le eché el ojo. Hacía mucho que no
leía nada de Laura Gallego, y las últimas cosas que había leído de ella
(Memorias de Idhún y Dos velas para el diablo) no me habían dejado del todo
satisfecha. Así que, a pesar de tener mis reservas, tenía muchas ganas de leer
este libro. No sé, Laura Gallego tiene algo, y es que la gran mayoría de sus
libros han sido como un bálsamo para mí, un trago de agua fresca a mitad del
desierto.
Y esta vez, la autora lo volvió a hacer.
Donde los árboles cantan es una cosa muy curiosa. Comienza
teniendo pinta de ser una producción de Disney, con mucho parecido a Mulan,
Valiente, Encantada. Al principio, yo misma pensé que la trama sería algo
típico, la clásica chica en apuros que ha de ser salvada por su príncipe, o
bien la doncella envuelta en una historia trágica en donde la pobre, no ha
podido hacer nada para evitar su destino. Durante la primera parte, no hice más
que rezarle a Horus: «por favor, por favor, que LGG no me decepcione de nuevo…»
Y no, no lo hizo.
Con forme se avanza la situación va cambiando, va teniendo otro
matiz, otro sabor. Aunque a mi parecer ha habido partes donde el narrador me
sobraba, donde sentí que si en vez de narrador me hubiese puesto diálogos,
seguro que lo habría paladeado mejor. Me gustó mucho cómo evoluciona Viana y,
definitivamente, mi personaje favorito fue Lobo —comienzo a creer que tengo
debilidad por los que son sarcásticos—. Qué decir de Oki, de verdad que LGG
tiene una habilidad mágica para describir y plasmar las personalidades de este
tipo de individuos, siempre pintándolos tan misteriosos, tan… mágicos. Lo único
que quizás me medio chocó —ya verán por qué el «medio»— fue el final, el cual
siento yo que pudo haber sido no tan resumido. No sé, siento que poquito faltó
para que me pusiera: «y vivieron felices por siempre».
Lo que aprendí de este libro:
Como ya dije, la mayoría del trabajo de Laura Gallego ha sido
para mí una forma de levantarme, tanto como escritora como persona.
Curiosamente, los libros de esta autora han caído en mis manos en momentos muy
duros de mi vida, por lo que me han marcado de forma significativa, de la misma
manera en la que Harry Potter dejó huella en mi corazón.
El caso es, que mientras leía Donde los árboles cantan me
cuestioné muchas cosas y me sentí identificada con otras tantas. Cuando me vine
a dar cuenta, estaba llorando, llorando como una niña, precisamente porque
Viana de Rocagrís me recordó a mí misma, cuando creía fervientemente en los
cuentos de hadas, en el amor verdadero, en la magia; tres aspectos que por
recientes acontecimientos en mi vida, habían dejado de existir.
Pero cuando leí ese final, cuando llegué a ese último punto y
cerré el libro, volví a tener esperanza, a creer en el amor y a que, aunque le
ocurran a uno cosas desagradables en un periodo corto de tiempo, se puede salir
adelante, se puede encontrar valor de flaqueza. Una vez más, Laura Gallego me
ha rescatado con sus letras, me ha devuelto la fe en mí misma.
En serio, que si yo tuviese los recursos económicos para
costearlo, le enviaría no una carta, sino un pergamino entero a esa mujer,
agradeciéndole tantas cosas, desde sumergirme en mundos fantásticos, pasando
por animarme a seguir escribiendo mis propias novelas hasta impulsarme para
salir adelante, para re-enseñarme mi propio valor como persona.
Por esto y mucho más, gracias, Laura Gallego García.
¿Y ustedes? ¿Qué opinan? ¿Se han leído la novela? ¿Creen que soy
una loca sentimentalista? ¡Tecleen, que yo los leo!
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