Antes que nada, pido una disculpa por la
kilométrica ausencia, pero hace casi un mes falleció mi abuelo materno —el
último de mis abuelos que me quedaba—, y la verdad es que apenas y he tenido
ganas de nada. Pero bueno, la vida sigue y a una no le queda más que levantarse
y continuar avanzando, así que espero ir levantando poco a poco. Por lo pronto,
les traigo mi opinión sobre este filme.
Pocas veces emito una crítica sobre una
película. De por sí, intento encontrarle algo positivo tanto a los filmes como
a los libros, y lo cierto es que Disney raras veces me ha dado chascos. Pero es
la primera vez en la que tengo que salirme de una película porque simple y
sencillamente, no la soporto.
*ATENCIÓN:
la siguiente crítica contiene spoilers de la película.
La primera en decirme que «En el bosque»
parecía ser una película interesante fue mi hermana. Después, mi mamá me dijo
que había visto los cortos y que se veía buena. Luego yo misma busqué los
cortos y me picó la curiosidad, a pesar de que habían partes cantadas (no soy
fan de los musicales, pero vamos, Disney sin canciones no es Disney)
Así que en cuanto apareció en cartelera, mi
mamá y yo corrimos a comprar entradas. Error número 1: debí investigar más
sobre la película, aunque, por lo lleno de la sala, habían varios ingenuos como
yo que no sabían a qué se iban a enfrentar. La película es un musical. Yo odio
los musicales. Me encanta la música, pero los musicales siempre terminan
aburriéndome. Pero vale, esa fue cosa mía por no indagar antes.
Sin embargo, la cosa se puso peor cuando me
percaté de que, ¡oh sorpresa! Las canciones no estaban dobladas al español.
Jamás he sido buena con el inglés. He tomado un millón de cursos para aprender
inglés, pero el idioma nunca se me ha pegado. Supuestamente, la función a la
que yo entré estaba doblada, y sí, los diálogos estaban doblados, pero como aquello
era más canción que diálogos, pues que fue como si hubiese entrado a una
función en inglés. Tuvieron que ver mi cara y la de las del resto de niños
porque, ah, ahí estuvo el pecado de Disney. OK, se les perdona que no te
avisaran que se trataba de un musical, ¿pero dejar las canciones sin doblar?
¿Es en serio? La sala estaba llena de niños pequeños, los cuales obviamente no
alcanzaban a leer los subtítulos —algunos dudo que supieran leer— y, por ende,
al cabo de varios minutos del filme comenzaron a gimotear y a aburrirse. Hubo
papás que también protestaron porque, claro, tanta canción los estaba mareando,
sin contar con que sus pequeñines se estaban desesperando y, por consecuente,
los estaban desesperando a ellos. Algunos padres optaron por explicarles a sus
hijos más o menos de qué iban las canciones —como mismo hizo mi mamá—, pero al
cabo de media hora de película habían niños parloteando, quejándose, corriendo
por las escaleras —que, para ser franca, a mí me estaban dando ganas de unirme
a ellos—, incluso hubo una niñita muy mona que dijo por todo lo alto y con la
inocencia propia de una niña: « ¡mami, no entiendo nada!»
Pero eso no fue lo peor. No, lo peor vino
después de que me diera cuenta de que las canciones estaban en inglés: lo peor
fue la trama de la película. A lo largo de la historia cientos de directores y
escritores han hecho con los cuentos populares lo que se les ha venido en gana,
pero esto…lo que hicieron en esa película fue un completo fiasco. Habría pedido
que me devolvieran mi dinero si hubiese tenido garantía, pero como no la tenía,
me tragué mi frustración y me fui más que indignada. Y vaya que aguanté dentro,
creo que me han de haber faltado como diez o quince minutos para haberla visto
completa. Siempre he dicho que no importa qué tan bizarra pueda parecer una
idea, hay muchas ideas bizarras que han sido tremendamente buenas (sólo hay que
ver a Tim Burton), la clave está en cómo desarrollas, cómo cuentas la historia.
Y esta historia está pésimamente mal contada.
Disney ha querido hacer una mezcla de los cuentos originales (la versión
macabra de cenicienta, por ejemplo) junto con las versiones de los clásicos,
pero por favor, hay que usar la lógica, ¿qué tiene de gracioso que la madrastra
le corte los pies a sus hijas para que la zapatilla les entre? ¿O que los
pájaros de cenicienta le saquen los ojos a las hermanastras? Y cuidado aquí,
porque no me estoy quejando de las versiones originales, estaría encantada de
ver esas versiones en el cine, pero resulta burdo y estúpido que quieran que me ría de algo como
eso, y que después me quieran insertar el valor de la compasión y perdonarle la
vida a la gigante…
De verdad, no sé si el director de esta
película se fumó un churro de mariguana, o de plano le falta sentido común para
distinguir lo que es gracioso de lo que no, más aún, le falta definir el
concepto de comedia porque, habían partes de lo más absurdas y sin sentido, tan
tontas que terminaba cayéndote gordo. Así es como defino esta película: tonta,
absurda y sin sentido, porque lo que pudo ser una buena mezcolanza de cuentos —como
lo es Shrek— acaba siendo un batiburrillo que te asquea.
Pero también, como digo siempre, no se queden
únicamente con mi opinión, vayan, vean la peli y fórjense su propio criterio,
que a lo mejor lo que a mí me pareció un chiste de pésimo gusto a ustedes les
encanta.
Al fin y al cabo, para gustos, colores ;-)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡ESCRIBE TU COMENTARIO!