¡Hola a todos!
Hoy les traigo algo que, en un principio, pensaba publicar en
Potterfics, pero recordé que, aunque las historias de horror no están
prohibidas, el lemon sí lo está y, por otro lado, no estoy muy segura de haber
manejado bien la plataforma de Fiction press, así que decidí subirlo aquí. Es
más fácil para mi programa parlante, y no me amonestaré a mí misma por subirles
la temperatura uno que otro grado =P
Les cuento de qué va esta nueva idea: «Colorín colorado, este
cuento me ha aterrado», es el título de una colección de cuentos que he venido
planeando desde que publicase: «Hoy quiero ser Blancanieves». Mi intención es
primeramente compartir la colección con ustedes, a fin de conocer sus opiniones, sean
malas, buenas, decentes, de cualquier tipo, con el objetivo de crecer y por
supuesto, pulir los textos para después, publicarlos en Amazon, tanto en
versión digital como en papel.
Así que les pido de todo corazón que comenten. Si les gustó, si
los aburrió, si quieren lanzarme un ramo de flores o un tomatazo, sin pena me
lo hacen saber.
Así pues, les dejo el primer relato: ¡que lo disfruten!
No apto para menores de edad.
1
El lobo
Hold on, little girl
The end is soon
to come. »
(Evanescence, Sick)
Me estremecí desde que escuché el sonido de la llave entrando en
la cerradura.
Todo había sido muy extraño y a la vez, apasionado. Todavía
recuerdo el desagradable olor a tabaco, alcohol y mariguana que impregnaba cada
una de las paredes del mugriento antro
en el que trabajaba. A simple vista, yo parecía una delicada mariposa, una
muñeca de porcelana que podría romperse, bella, frágil y al mismo tiempo,
tentadora. Y era por esa ambigüedad de mi apariencia que los hombres se me
acercaban, a muchos les parecía excitante acostarse con una jovencita que tenía
la pinta de ser una colegiala.
No obstante, yo me sentía como una anciana, demasiado cansada de
vivir siempre lo mismo, atada a la estúpida ensoñación de que algún día un
caballero andante me rescataría de las garras de mi padrote. Pero los príncipes azules no rondaban esos barrios, no,
ellos iban a clubs de la alta sociedad, bebían champagne y fumaban de esos
cigarros con sabor a cereza.
Lo que sí había en los sitios que yo frecuentaba, eran los
lobos.
Esa noche, un lobo entró en el local con el porte propio de su
especie. Era alto, moreno, con unos ojos azules que podían matar con sólo
clavársete. Sentí que la respiración se me atascó en los pulmones, tal y como
me pasaría en las noches siguientes; fui incapaz de apartar la mirada, las
luces de colores le daban un aire de misticismo que me atrapó por completo.
Para mi sorpresa, él se fijó en mí, pude notar cómo sus
instintos de cazador salían a flote. Yo no pude moverme, idiotizada por su
elegante caminar, su aguda mirada me recorrió de pies a cabeza haciendo que un
chispazo eléctrico subiera por mi columna. Su cercanía hizo que esbozara una
tímida sonrisa, misma que pareció encantarle porque me regresó el gesto, sólo
que el de él no fue para nada tímido.
Me había atrapado sin que me diera cuenta. Y no es que el hecho
me disgustase, digo, es cierto que soñaba con ser rescatada por alguien de la
realeza, pero que el lobo alfa me reclamase como suya tampoco estaba nada mal.
En especial porque ello significaba vivir en una mansión, rodeada de vestidos
preciosos y joyas a granel, sin contar la cantidad de sirvientes que tenía a mi
disposición. Era perfecto: me había sacado la lotería sin siquiera comprar el
billete.
El único inconveniente era, que no podía salir de la casa. Al
principio me asusté e incluso molesté, salir de una prisión para caer en otra
no era lo que tenía planeado, pero tras recorrer la mansión y contemplar todo
lo que estaba a mi alcance dentro de ella, decidí no protestar. Me estaban
ofreciendo un castillo a cambio de poco, o más bien, a cambio de aquello en lo
que era experta: regalar noches interminables de sexo.
Había transcurrido casi un mes y, hasta la fecha, esos ojos
seguían encandilándome igual a como lo habían hecho la primera noche. E, igual
a como había hecho la primera noche, seguía usando la misma indumentaria para
hacerle el amor: ropa interior de encaje y una caperuza roja sobre la cabeza.
Y así es como lo esperaba en aquellos momentos, tumbada de
espaldas sobre la cama, con la caperuza cubriéndome a medias, invitándolo a él
a devorarme de un bocado.
—Qué ojos tan grandes tienes… —le dije en tono sensual, a la par
que me mordisqueaba una uña.
—Son para verte mejor —me respondió él de igual manera, sus
ropas quedaron poco a poco en el piso mientras se aproximaba hacia mí cual
depredador hambriento.
Hundí mis manos en su pelo, mis labios sucumbieron a los suyos,
suaves y ardientes a la vez; sus dedos me recorrieron con prisa y ansia
desesperada. Lo sentí bajar por mi cuello, febril, mi cuerpo respondía ante
cada roce, pequeñas succiones hicieron que me arqueara de placer.
—Que… orejas…más grandes tienes… —susurré entre jadeos, ahogué
un gemido en el instante en el que su boca volvía a apoderarse de la mía y lo
sentía alinearse con mis caderas, su pelvis ejerció una ligera, pero deliciosa
presión.
Lobo agarró un cuchillo que reposaba en la mesita de noche más
cercana, la fría hoja acarició mi mejilla y me provocó un escalofrío. He de
admitir que al inicio creí que ese tipo de prácticas no iban conmigo, pero
mientras más las realizábamos más me gustaban. Y en esta ocasión no sería la
excepción.
—Son para oírte mejor —murmuró él y me hizo un ligero corte,
cerca de la clavícula, a lo que yo gemí y enredé mis piernas en torno a él;
pude sentirlo adentrándose hasta lo más profundo de mi ser, caliente, fuego y
seda derritiéndose y derritiéndome.
—Qué… dientes… más grandes tienes… —gemí, mis uñas se clavaron
en su espalda ante una nueva embestida, sentía cada uno de mis músculos
tensarse más y más, el corte en mi mejilla sólo aceleró el momento del clímax,
su orgasmo colisionó contra el mío con lo que el mundo a mi alrededor se
tambaleó.
Una vez más, la respiración se me quedó atascada en los
pulmones… seguida de un espantoso dolor en el pecho que no había sentido antes.
Lobo no extrajo el cuchillo, lo dejó ahí, en el centro de mi
corazón, su sonrisa torcida me pareció, por primera vez, terrorífica.
—Son para comerte mejor, preciosa.
Me besó una última vez, sin mi permiso pero con mi total
consentimiento.
Porque al final de cuentas, yo sabía en qué me metía al liarme
con un narcotraficante.
Padrote: m. Méx. Individuo que explota a una prostituta.
Antro: m. Local, establecimiento, vivienda, etc., de mal aspecto o
reputación.
© Reservados todos los derechos.
Los personajes mencionados aquí pertenecen a su autora y por
ende, queda prohibida la reproducción parcial o total de este cuento sin su
autorización.
Cada cuento es independiente, es decir, no están relacionados
unos con otros ni tienen continuación.
Me gustó... Está original y tétrica O.o Pero siento que le falta algo, quizá está muy corta. Claro, esa sólo es mi opinión xD Pero de ahí, está excelente. Muy buen manejo de escritura y sentimientos de la protagonista. Un ME GUSTA grande =)
ResponderEliminarEstá bien aunque como dijo anónimo le falta un "algo" pero aún así está muy bien.
ResponderEliminar-----------------------------------
Te invito a mi blognovela negra que llevo escribiendo desde hace unos meses y no me va nada mal.
http://retratodeunasesino.blogspot.com.es/
Me gustó mucho, es bastante interesante y sugerente a la vez. Me encantó el buen manejo que tienes a la hora de describir los detalles y los sentimientos.
ResponderEliminarME GUSTA!!!
¡Hola, hola!
ResponderEliminarGracias por compartir tu escrito, ¡vaya, que imaginación! La verdad es que me ha gustado mucho, no obstante, creo que el final es muy precipitado; pienso así, que podrías pulir eso en los que vienen, porque el último enunciado me ha sacado de tajo de lo que tan bellamente venías construyendo.
Saludos y sigue compartiendo tus letras :)
Hola Itzabella, gusto en conocerte!
ResponderEliminarDado que pides en serio que te comentemos sobre el cuento, con el fin de intentar mejorarlos, me iré con el betamode puesto y espero no ser agresiva con ello, porque a veces puedo ser más incisiva de lo necesario (No te preocupes, intento decirlo lo mejor posible).
Creo que, a parte de fijarse en algunas comas que las veo más punto y seguido, no hay algo que te tenga que decir en cuanto a la escritura en sí. :)))
En cuanto al escrito en sí, no sé como explicarlo... Mmmm, me gusta la idea que tienes de usar los "cuentos de hadas clásicos" (que ya de por sí, algunos son muy tenebrosos por sí solos...) darles una vuelca de tuerca, con el fin no solo de hacer un twist en historias que conocemos, sino de hacer como una crítica a esa idea que se quiso inculcar a la mujer de esperar por el príncipe azul y tal... O eso creo que es lo que quieres hacer, vamos.
La idea de una joven caperucita prostituida (haciendo alusión a la pedofilia y, en cierto sentido, a esa como simbología posiblemente sexualizada que algunos dicen que tiene el clásico) ha sido una muy buena opción. Y que el lobo, en cierta forma, sea un predador sexual que se la quiere comer, tambien.
Lo que siento que me hace como una disonancia, es que el mundo que presentas siento que primero fue "la realidad común" y, por pedazos, una fantasía urbana (por el lobo alfa) y siento que eso como que me sacó de saber en donde nos quieres situar. Lo otro, es que no sé porqué, sentí forzado el uso de las famosas interjecciones en la cama... (por cierto, muy bueno lo de que ella se siente anciana)...
El final, eso sí, estuvo muy bueno, sorprende y uno lo siente parte integral del cuento.
Espero haber sido de ayuda y hasta luego!
¡Hola a todos/as!
ResponderEliminarMuchas gracias por sus comentarios, estoy tomando notas de todos ellos, son increíbles y, me da gusto saber que aunque sienta que soy un desastre con la primera persona, no lo hago tan mal. ¡Gracias por su sinceridad! N.n
Un abrazo enooorme, ¡los leo en el próximo relato!
Me urgen escritores para proyecto especial en Porrua. Interesados contactenme.
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