Título del libro: El resplandor.
Autor: Stephen King.
Editorial: Random House Mondadori
ISBN: 8497593804
Año de publicación: 2001
Número de páginas: 656
Sinopsis:
REDRUM. Esa era la palabra que Danny
había visto. Y aunque no sabía leer, entendió que era un mensaje de horror el
que se había reflejado en aquel espejo. Danny tenía cinco años, y a los cinco
años pocos niños saben leer, pocos niños saben que los espejos invierten las
imágenes y pocos niños, casi ninguno, saben diferenciar la realidad de sus
fantasías. Aunque, claro, Danny tenía pruebas de que sus fantasías, aquellas
fantasías relacionadas con "el resplandor", acababan cumpliéndose.
REDRUM-MURDER. Y el palo ensangrentado.
Pero su padre necesitaba aquel
trabajo. Danny sabía que en la mente de su madre cada vez ocupaba más espacio
la idea de divorcio y que su padre pensaba una y otra vez en algo malo, en algo
malo y en suicidio. Sí, necesitaba un trabajo, aunque fuera aquél. ¿Aunque
fuera aquél? También podía ser que esa fuera la excepción, que no se cumpliera
lo que Danny había soñado despierto. Total, era cuidar de un hotel de lujo, de
ciento diez habitaciones, que quedaba aislado por la nieve durante al menos
seis meses. Así que hasta el deshielo iban a estar los tres solos, ¿solos?, en
el inmenso edificio. Y apenas llegaron, lo reconoció. Ya lo había visto. Aquel
era el edificio. Aquella era la habitación. Aquel era el espejo. REDRUM-MURDER.
(less)
Mi opinión:
La primera vez que oí hablar de «El
resplandor», fue haciendo referencia a la película basada en dicho libro, así
que me dispuse a ver el filme. « ¡Te mueres de miedo! ¡Está súper fuerte!»...Pero
como ya me ha pasado en varias ocasiones, mi reacción fue completamente distinta
a la de quienes habían visto la película: me dormí. Sí, me pegué la aburrida de
mi vida, y no sólo yo, mi hermana pequeña la estaba viendo conmigo, pero llegó
un punto en donde ambas estábamos cabeceando, así que paramos la peli y nos
tumbamos a dormir, así, sin más.
Así que, en vista de la inmensa
decepción que me supuso el filme, agregué a mi lista de lecturas pendientes el
libro. «Tiene que ser mejor que la peli, los libros casi siempre son mejores
que las pelis…», me descubrí diciéndome el día que lo empecé. Sin embargo,
decir que el libro es mejor que la peli es quedarme corta. Hay libros que me
han causado pesadillas, pero cuando me despierto me da gracia, porque en el
sueño, pese a lo espantoso que pueda llegar a ser, sé perfectamente que se debe
a lo que he leído. Sin embargo, «El resplandor» no sólo me causó pesadillas,
sino que hizo, y, perdonen la expresión, que me cagara de miedo. Fue de esos
libros que consiguen que acabes viendo constantemente por encima de tu hombro,
el tipo de libros que hacen aguantarte las ganas de hacer pis en la noche
porque temes que algún muerto salga de detrás de la cortina de la regadera, o
bien, que esperes hasta que amanezca para ir a la cocina por un vaso con agua.
En definitiva, «El resplandor» es mi
nuevo consentido del terror, porque me ha espeluznado, ha logrado que conectara
con el pequeño protagonista y me ha mantenido al borde del asiento durante todo
el tiempo. Esta vez no hablaré de los tres puntos clásicos sobre los que suelo
opinar, porque no importa lo que diga, absolutamente nada le hará justicia a
esta escalofriante novela.
Sin más que añadir, vuelvo a
quitarme el sombrero ante la genialidad del maestro Stephen King.
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